Lo interesante de esta cita era poder ver in situ un gran número de obras de arte que, en otras concidiones, sería bastante dificil reunirlas. La muestra lo que pretendia era recorrer la Venecia del Settecento italiano por medio de sus pintores y presentarnos que se cocía en aquel ambiente, tremendamente decadente y atractivo para los europeos de la época. Inevitable tener en mente a artistas como Canaletto, Guardi, Belloto, Tiepolo o Ricci y la muestra, en cierta manera, no defraudó en ese aspecto.
Si es cierto que la muestra se dividía en dos partes: una, dedicada a la venecia de las mitologías, de la producción de cuadros de temática profana en su mayoria junto a otros de historia, tanto antigua como bíblica. La verdad es que en este aspecto se podria aplaudir al Guardi de "Triunfo de Escipión el Africano", algún cuadro mitológico de Ricci o la inclusión de Tiepolo en la muestra, pero, personalmente, esta parte quedó algo coja y no alcanzaba las cotas de emoción y belleza de la siguiente parte. Caso aparte es la dificultad de meter las obras más significativas de Tiepolo en la exposición pues, por todos es bien sabido, para ello hubiera sido necesario arrancar, por ejemplo, los frescos del Palacio Real de Madrid y llevarlos a la Real Academia de San Fernando. Imposible, por supuesto. Quizás hubiera sido más interesante ver lienzos preparatorios, bocetos, etc... pero, claro, la Real Academia de San Fernando tiene los fondos que tiene (a pesar de ser una de las mayores colecciones de pintura de Madrid, solo superada por la de El Prado (si no me equivoco). Una lastima porque, aunque había buenas obras, a mi me dejó algo frio. Eso si, se podía ver como, claramente y a pesar de la decadencia de la ciudad en esta época, seguía manteniendose el esplendor y los modelos de tiempos pasados (claras referencias a aquellos pintores venecianos como Tiziano o Veronés)
"Venus y Adonis" por Sebastiano Ricci
"Diana y las ninfas en el baño" por Jacopo Amigoni
Artículo en Soitu.es"Diana y las ninfas en el baño" por Jacopo Amigoni
Personalmente, encontré la segunda parte de la exposición con bastante más chicha que la primera. Pero, claro, eso ya es personal porque adoro las "vedute" de Venecia. Desde mis años de facultad, cuando tuve constancia de esos cuadros para turistas y cuando los estudié en profundidad merced a la asignatura "Rococó en Italia", no pude sino caer rendido a los pies de semejantes maestros como Canaletto, Bellotto o Guardi, precursores de la pintura de paisaje (junto a Claudio de Lorena entre otros) romántica. Hace ya unos cuantos años pude ver en el Thyssen una exposición temporal con las mejoras obras de Canaletto y esta muestra venía a cerrar ese ciclo con la aparición de otros vedutistas de igual calidad.
Estos artistas llegaron a configurar una imagen de Venecia realmente única, plasmando ese espacio propiamente veneciano de nubes vaporosas, de atarcederes satinados y de cielos purpureos que permitian al pintor usar, directamente, un espectro de la paleta reálmente gigantesco, pèrmitiendo concebir un sinumero de sensaciones. Todo ello, eso si, siempre con el beneplácito de los turistas de la época, los cuales, pretendian llevarse a su pais de origen un bonito recuerdo de la ciudad de los canales. Ese turismo, ese grand tour italiano, permitió la aparición de este género maravilloso, lleno de emotividad, de sensibilidad y de melancolia. Y no solo eso, estas obras estaban plagadas de costumbrismo, de escenas cotidianas como las de los pescadores, gondoleros, etc... o aquellas de acontecimientos históricos, como la "Partida del Bucintoro" de Luca Carlevarijs.
Personalmente, los cuadros que más me gustaron fueron los de los "seguidores" de Canaletto como Belotto o Marieschi porque creo que fueron capaces de captar la esencia del paisaje veneciano, lo difuso de su cielo, la esponjosidad de las nubes, lo etéreo del paisaje, mientras que otros como Carlevarijs, Richter o Cimaroli no pudieron entender la sensibilidad de ese paisaje, dándole un aspecto más tosco y cotidiano. Mención aparte merece la obra de Guardi, espiritual y terrenal a partes iguales, con una pincelada capaz de diluir la masa por medio de los colores y de, a su vez, crear, de un solo gesto, la propia vida y la atmósfera decadente a la par que onírica de la ciudad de la luz por excelencia (como puede verse en su cuadro de San Giorgio Maggiore).
Cerrando ya esta entrada, creo que es de recibo referirse a la comparación Canaletto/Cimaroli... en fin, no quiero pecar de fan loca, pero, inveitablemente, se cae por su propio peso. Canaletto consigue esa atmósfera tan irrepetible por el uso de su pincelada ágil, consigue poblar el cuadro de personajes auténticos, populares, etc... mientras que el cuadro de Cimaroli se queda como un intento de coger al maestro, incapaz de crear esa atmósfera única. Poco más que decir
PS: Enlaces de interés
Estos artistas llegaron a configurar una imagen de Venecia realmente única, plasmando ese espacio propiamente veneciano de nubes vaporosas, de atarcederes satinados y de cielos purpureos que permitian al pintor usar, directamente, un espectro de la paleta reálmente gigantesco, pèrmitiendo concebir un sinumero de sensaciones. Todo ello, eso si, siempre con el beneplácito de los turistas de la época, los cuales, pretendian llevarse a su pais de origen un bonito recuerdo de la ciudad de los canales. Ese turismo, ese grand tour italiano, permitió la aparición de este género maravilloso, lleno de emotividad, de sensibilidad y de melancolia. Y no solo eso, estas obras estaban plagadas de costumbrismo, de escenas cotidianas como las de los pescadores, gondoleros, etc... o aquellas de acontecimientos históricos, como la "Partida del Bucintoro" de Luca Carlevarijs.
"Dársena de San Marco con el Palacio Ducal" por Michele Marieschi
"Partida del Bucintoro" por Luca Carlevarijs
"Partida del Bucintoro" por Luca Carlevarijs
Personalmente, los cuadros que más me gustaron fueron los de los "seguidores" de Canaletto como Belotto o Marieschi porque creo que fueron capaces de captar la esencia del paisaje veneciano, lo difuso de su cielo, la esponjosidad de las nubes, lo etéreo del paisaje, mientras que otros como Carlevarijs, Richter o Cimaroli no pudieron entender la sensibilidad de ese paisaje, dándole un aspecto más tosco y cotidiano. Mención aparte merece la obra de Guardi, espiritual y terrenal a partes iguales, con una pincelada capaz de diluir la masa por medio de los colores y de, a su vez, crear, de un solo gesto, la propia vida y la atmósfera decadente a la par que onírica de la ciudad de la luz por excelencia (como puede verse en su cuadro de San Giorgio Maggiore).
Cerrando ya esta entrada, creo que es de recibo referirse a la comparación Canaletto/Cimaroli... en fin, no quiero pecar de fan loca, pero, inveitablemente, se cae por su propio peso. Canaletto consigue esa atmósfera tan irrepetible por el uso de su pincelada ágil, consigue poblar el cuadro de personajes auténticos, populares, etc... mientras que el cuadro de Cimaroli se queda como un intento de coger al maestro, incapaz de crear esa atmósfera única. Poco más que decir
Canaletto vs. Cimaroli, juzguen ustedes mismos
Y, bueno, con esto me despido. Nada más que recomendaros que os paseis por esta muestra, que es gratuita y merece la pena, tanto por la envergadura de los artistas como por la de sus obras, muchas de ellas antes no expuestas en España. Aparte, siempre es un buen momento para visitar la Real Academia de San Fernando. Que luego no se diga que no avisé
PS: Enlaces de interés
Fotogaleria en El Pais
Artículo del 20 minutos (con horarios, etc...)
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